SANDINO
En las montañas deforestadas
del norte de Nicaragua / Las Segovias
como amenaza de incendio forestal
de vez en cuando brilla una luz
Y se escuchan estampidas de caballería
voces de mando
fusilazos quiebraplata en las madrugadas
Esas luces y voces
se apagan con facilidad
como si la técnica de la época
silenciara el fuego sagrado de entonces
Pero la ciencia y la tecnología
no llegan igual para todos
hay quienes en Niquinohomo / es un ejemplo
aún no poseen electricidad
Y así por todo el país
el continente
el planeta
la inmensidad…
Discurro sobre un hombre agrario y sindical
que reunió en sí mismo a todos los hombres
pues “no era ni político ni soldado”
pero antiimperialista por todos los costados
Un hombre asesinado por otros hombres
que no conocían el decoro ni la luminosidad
del inmolado
ni sospechaban siquiera
que con ello lo transmutaban en santo
Un hombre convertido más tarde en bandera
en resistencia armada / tumba colectiva
en coraje plural para derrocar el espanto
la luz negra de la tiranía
De aquel hombre se sostienen
una silueta metálica al borde de una laguna en Managua
incontables retratos de ala ancha
títulos de partidos políticos / de algunas organizaciones
Sin embargo / y es lo extraordinario de la plática
las luces en las montañas no se extinguen
parpadean… parpadean… parpadean…
Y la silueta metálica de amanecida
parece adquirir vida con los transeúntes
obreros desocupados vendebaratijas
cocineras vendecomidas chicha helada
nacatamales gallo pinto carne asada
campesinos sin tierra hacinados en la ciudad humeante
poetas desamparados con los esqueletos de otros poetas
por las calles terremoteadas de la Nueva Nicaragua
Y así por todo el continente
el planeta
la inmensidad…
El movimiento imperceptible de su sombra
cuando baja el mediodía y el sol se amusga
parece decirnos / en el idioma de los aires y las flores
que aunque un Sandino ha muerto
cientos se renuevan en cada vibración popular
en la sangre del estado llano que no se resigna
al manicomio ni a la suerte del muladar
(De San José varia de Adriano de San Martín, 2009)